martes, octubre 24, 2006

¿Por qué a mí?

Muchas veces me ha sucedido, que me he preguntado:
¿Por qué a esos “piratas”, que todo lo hacen con trampas, les va tan bien?
¿Por qué, si yo hago todo con buenas intenciones y sin trampas, me sale todo mal?
¿Por qué me ha tocado esta prueba tan dura, si soy una buena persona?

Quiero compartir con ustedes un texto que, además de ser hermoso, me ha hecho reflexionar, me ha ayudado… en muchas circunstancias duras. Cada vez que lo leo llega más profundo en mi alma. Espero les ayude a ustedes también.
Me gusta pensar que no es Dios quien nos pone pruebas. Creo que somos nosotros los que, al dejarnos llevar por nuestra naturaleza humana, nos equivocamos y nos alejamos de Dios... sufriendo. Creo que es “el mete pata” el que se aprovecha de nuestras debilidades poniéndonos duras pruebas, con la intención de alejarnos de Dios. Y que Nuestro Padre, en su infinita sabiduría, aprovecha estas circunstancias para hacernos crecer, para fortalecernos en el espíritu, para transformarnos, para entrenarnos.... Bueno el texto lo explica mejor que yo:

Consideren que es de gran alegría, mis hermanos, cuando pasan por diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce como fruto la paciencia. Pero es preciso que la paciencia efectúe su obra, a fin de ser perfectos e íntegros. Stgo. 1, 2-3

La Templanza

Un herrero, después de una juventud llena de excesos, decidió entregar su alma a Dios. Paso entonces, ha trabajar con ahínco, a practicar la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada parecía salir bien en su vida. Al contrario, sus problemas y deudas se acumulaban cada vez más.Una tarde un viejo amigo, que se compadecía de su difícil situación, comentó con él: --Es realmente extraño que, justamente después de usted volverse un hombre temeroso de Dios, su vida haya empeorado, Yo no deseo enflaquecer su fe, pero a pesar de su creencia espiritual, nada ha mejorado en su vida--. El herrero ya había pensado en eso muchas veces, sin entender lo que sucedía en su vida. Pero, creía en una cosa, e intentó explicársela a su amigo: --Yo recibo en esta oficina, el acero aún no trabajado y necesito transformarlo en espadas. Primero, caliento la chapa de acero al rojo. En seguida, sin piedad, tomo el martillo más pesado y le doy varios golpes hasta que adquiera la forma deseada. Después, lo hundo en una tina de agua fría y la oficina se llena de vapor, mientras la pieza estalla y grita por causa del súbito cambio de temperatura, tengo que repetir ese proceso hasta conseguir la espada perfecta. Una vez apenas, no es suficiente.-- El herrero hizo una larga pausa y continuó: --A veces, el acero que llega a mis manos, no consigue aguantar ese tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría, terminan por llenarlo de grietas. Yo sé que jamás se transformará en una buena lámina de espada. Entonces, simplemente lo coloco en el montón de fierro viejo que usted vio a la entrada de la oficina--. Una vez más el herrero hizo una pausa y concluyó: --Sé que Dios está colocándome en el fuego de las aflicciones. He aceptado los martillazos de la vida y, a veces, me siento tan frío e insensible como el agua que hace sufrir el acero. Pero la única cosa que pido, es que Dios no desista hasta que yo consiga tomar la forma que el Señor espera de mí. Que Él intente de la manera que encuentre mejor, pero que nunca me coloque en el montón de fierro viejo de las almas--.

jueves, octubre 19, 2006

¿Qué signo lleva el amor?

Hace tiempo que quería escribir sobre esto, pero no me animaba. Nunca he sido de andar dando recetas, porque sé que las vivencias son intimas lecciones (entre la persona y Dios)… y solo tienen valor, en la medida que nosotros se lo damos. Pero, igual no más quise compartir con ustedes los signos del amor verdadero… los signos que tiene este amor:

  1. VALORES SIMILARES: Enamorarse es mucho más que sentir reacciones corporales. Se puede tener química con muchas personas, y no por eso vas a amar a todas. Cuando uno elige amar, hay que elegir a ojos abiertos, con el corazón (no solamente con el cuerpo) o sea, teniendo muy claro cuales son los valores del otro y como los vive (en este punto la educación es muy importante). En el fondo el punto es ¿Estamos de acuerdo en lo importante?
  2. LIBRE ELECCIÓN: El primer paso, es el más difícil (por lo menos para la mujer) es elegir entre amar o no amar… Bueno, en mi caso, no estoy tan segura de si elegí yo, o Dios... En todo caso, en la elección que uno debe hacer día tras día, de seguir amando (o no), ahora elijo yo… y no me demoro ni una milésima de segundo, ni tengo que hacer ningún esfuerzo para elegir seguir amando. Aquí entre nos, creo que Germán estaba esperándome, esperando a que yo me reconciliara con Dios para conocerme… Nuestra Señora ha estado bendiciendo nuestro amor desde un comienzo y eso ha sido un pilar fundamental en nuestra relación.
  3. PAZ y calor de HOGAR: Desde que conozco a mi Caballero siento paz, calma, calor de hogar… cada vez que estoy con él… A la vez, siento un impulso de querer hacer cosas, de querer crecer, una fuerza vital que me colma. Nunca en mi vida, me he sentido… siendo tan fiel a mi misma, a lo que soy en esencia. Bueno, igual es complejo separar esta sensación de paz y “fidelidad”, de mi reconciliación con Dios, porque al día siguiente que me reconcilié con El, conocí a Germán.
  4. CERTEZA: Si te preguntan ¿está latiendo tu corazón? La respuesta será una mirada de “por qué me hace una pregunta tan obvia” y un “”, que saldrá de dentro de nosotros, sin el menor signo posible de duda. Pasa igual si nos preguntan si estamos vivos, o si hemos respirado hoy día… jeje je. Es ese nivel de certeza el que siento ahora, cuando alguien pregunta “¿Estás enamorada?”, respondo “, yo amo a Germán”.
  5. ENTREGA: Hay que “tirarse a la piscina”. Hay que comprometerse arriesgándolo todo. Hay que entregar la vida de uno al otro…incluyendo el pasado, y eso no es fácil, a veces se toman malas decisiones que dejan heridas… Querer entregar el futuro a una persona es fácil, cuando hay amor sincero. Lo difícil es el pasado que deja heridas que muchas veces traen sus cargas ensuciando nuestro presente (que también queremos entregar). Uno quiere hacer feliz al otro y es re penca partir con un presente cargado de heridas. Por eso, hay que tener muy claro, que uno es la cruz por la cual el otro está llamado a alcanzar la santidad.
  6. COMUNIÓN: Hablar en plural, pasa ha ser lo más normal. Nosotros estamos unidos en la oración, en nuestra entrega al Corazón Inmaculado de María (y, a través de Ella, a Dios)…. Dejamos de ser dos personas y… sin saber muy bien cómo o cuando, de pronto sientes que eres uno con el otro, una sola voluntad, un solo palpitar (a pesar de la distancia)… Esta certeza, este tipo de certeza, se siente una sola vez en la vida.
  7. FEMINIDAD: He descubierto una nueva dimensión de lo que significa ser mujer, y me encanta. Me siento más femenina, más segura, más libre (esta sensación de libertad es muy especial, porque he decidido comprometerme con alguien y eso implica entrega… increíblemente me siento mucho más libre que cuando estaba sola). Declaro públicamente que ya no soy ermitaña (ni volveré a ser).

Este es el post más largo que he escrito. Espero no haberlos aburrido… y que les sirva de algo este resumido análisis que hice. Je je :D

miércoles, octubre 11, 2006

Nubes en el horizonte

Dios, en su infinita sabiduría, ha dispuesto que seamos libres…
"Casualmente" (si es que existe la casualidad) hoy leí a un joven que hace un análisis muy acertado sobre el por qué del dolor (puedes leerlo en http://traselmurodeplanck.blogspot.com/2006/10/cmo-se-conecta-el-sufrimiento-con-el.html lo recomiendo, es genial)…
Por causa de esa libertad, muchas veces cometemos errores, que nos llevan a los días nublados… al camino de la cruz, que incluye sentir arrepentimiento y dolor, pedir perdón… y a encontrarnos de frente con el inmenso amor y la infinita Misericordia de Dios.



“Valiente, valiente seré
No me importa el camino de la muerte”
Mi amiga Carolina dice que, cuando alguien te dice algo feo, o te trata mal, es como si te diera un regalo, y si tú te dejas llevar por la rabia, el orgullo o la tristeza, es como aceptar ese regalo. Cuando una persona lejana, o poco querida, nos trata mal, es fácil no identificarse, no recibir ese “regalo” y seguir adelante. Pero, cuando esas palabras duras salen de la boca de alguien que queremos, de alguien que se supone nos tiene que cuidar y bendecir (hermanos o padres)… ¡Uf! ¡Como duele!

Los últimos meses de mi vida, desde que me reconcilié con Dios y con migo misma, han sido una bendición tras otra. Han sido un verdadero paraíso de paz y alegría. Pero, “el show debe continuar”. Hay tanto que aprender. Tengo tanto que aprender sobre la vida, sobre el amor, sobre aceptar el dolor, sobre ser más dócil, sobre ser menos orgullosa, sobre ser mansa en vez de voluntariosa… en fin. Sé que la vida es eso, mil batallas, que nos hacen ser mejores, que nos hacen crecer y fortalecernos en espíritu.
Estoy tranquila.
Veo las nubes en el horizonte.
Pero estoy en calma, soy libre. Soy feliz. Debe ser porque estoy enamorada.
Poco importa que vengan mil batallas. Ahora estoy acompañada. Mejor que eso, estoy muy bien acompañada. Elegí amar y, para mi felicidad, ese hombre de carne y hueso al que tanto amo, eligió también amarme. El me ama más… yo lo amo mejor. Nos complementamos, somos felices… por que al fin nos hemos encontrado…

¡¡¡Alabado sea Dios!!!
¡Bendito sea, por siempre, Nuestro Señor Jesucristo!



“Quien disfruta de lo dulce
probó lo amargo...
La naturaleza dijo:
Rosa y espina
aprendan a vivir juntas
y ser amigas.

lunes, octubre 02, 2006

SOLTAR

En mi último retiro, hicimos estas reflexiones y quise compartirlas con ustedes:

Cuan difícil e a veces “soltar”, no identificarse, dejar de sentirse molesto, dejar de estar encadenado a las personas que nos causan resquemores
¿Por qué es tan difícil?
Porque en verdad, lo difícil es darse cuenta que, lo que nos molesta tanto del otro, está también en nosotros, y que por eso nos molesta…

El otro se transforma en un molesto espejo, que nos devuelve una imagen de nosotros mismos que no queremos aceptar.

¿A cuantas personas hemos juzgado?
¿De cuantas personas hemos hablado mal, sin que ellas pudieran defenderse?
¿A cuantas personas hemos culpado por nuestras malas decisiones?
¿A cuantas personas hemos criticado?

Señor:
Entréname.
Transforma mi corazón, fortalece mi fe, fortalece mi espíritu, y liberame de estos defectos que arrastro. Para que así, hoy, pueda liberar a una persona, de la pesada carga de ser sinónimo de mal pasar… para que hoy pueda “soltar” a una persona, y que ya no sea causa de resquemores en mi corazón.
Transfórmame, Señor, te lo ruego.